Querida Madre y hermanos:
Queremos expresar lo sucedido en nuestro encuentro de iniciación. Logramos el anhelo de amarnos, como si nos conociéramos de siempre. Heroicamente nos entregamos, transformándonos y esperanzándonos desde nuestros hogares. En nuestros Santuarios, pusimos vivos un anhelo ofrecido para nuestras familias y hermanos, acuñando el nombre de “curso 48”. En Alianza a nuestra Madre, senTimos y anhelamos ser encontrados, y así fue. La fecha señalada fue el 29 y 30 de Junio del corriente año 2019 en el Centro Mariápolis de Alta Gracia, Córdoba.
Luego de las palabras iniciales se formó nuestro Santuario de comunidad con elementos de cada uno de los propios Santuarios hogares. El Padre Ludovico fue uno de los instrumentos de nuestra Madre, presentando anécdotas alegres, con actos tan sencillos como llamarnos por nuestro nombre y apellido demostró cómo debemos ser comprometidos con los demás y con nuestra Iglesia. Para ese día unos cocinaron cosas ricas para llevar y compartir, otros tuvieron que comprarlas con amor. Armamos la oración de comunidad, allí sentimos que en este mundo si hizo presente nuestra Madre, que será nuestro sostén siempre cada vez que se vuelva a orar.
Nuestra Fe se avivó con la Misa ofrecida al final de la jornada, nos llenó el alma y la cena apetitosa nos alimentó el cuerpo para encontrarnos en un fogón abierto a presentar nuestras familias en comunidad y en fraterna unión y congraciados, tuvimos la oportunidad de sentirnos cobijados como el niño Jesús en la imagen, Hijo en brazos su Madre.
Un instante quedó retratado en una imagen, en nuestra primera foto de curso.
Regresamos replicando nuestra oración, para que volvamos a pedirle a nuestra madre fuerte y heroicamente: ¡haznos santos!, este anhelo en estas líneas ha quedado plasmado, hasta el próximo encuentro. Amén.
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