Cielo nuevo, Tierra nueva.


Queridos hermanos: ayer en el Santuario del Padre nuestros hermanos Ricardo y Angélica, Marcelo y Ana Julia, Gustavo

 

Patricia, Pablo y Titi, Guillermo y Fernanda renovaron su consagración por tres años a la Federación de Familias y sellaron su Alianza Filial con nuestro Padre y Fundador.¡Cuánta alegría había entre ellos!¡Cuánta alegría entre nosotros y por lo hermoso del día seguramente también había alegría en el Cielo!

La ceremonia ,que fue íntima como suelen ser estas consagraciones, fue acompañada por el Padre Juan Pablo, Héctor y Anita Zudaire en representación del Consejo Territorial, Guillermo y Nancy por ser Jefes Regionales y nosotros que tuvimos la gracia de acompañarlos en este año de profundización y discernimiento vocacional.

Comenzamos en el Oratorio del Padre donde sellaron su 

Alianza Filial, fruto deseado de este año en el que reflexionamos tanto en torno al 20 de enero y en el que ellos quisieron incorporarse orginalmente asumiendo la hermosa experiencia de hacernos hijos de este Padre, y comprometiéndose a conquistar su misión y cuidado de su Obra. 

Después peregrinamos al Santuario, siguiendo el camino del Padre, como no podía ser de otra manera con este curso, caminamos cantando, con guitarras y chelo incluidos y copamos el Santuario que estaba lleno de madres de la Federación en retiro, aunque algunas sorprendidas permanecieron un tiempo con nosotros.

Después la Celebración propiamente dicha, muy familiar, cálida, emotiva y cercana,  nota que especialmente le pusieron nuestros queridos Héctor y Anita que aceptaron esta  renovación de la consagración. Y sí también muchas fotos que esperamos que comiencen a circular muy pronto.

El Padre Fundador solía prestar mucha atención a los Ideales de los cursos nuevos que se formaban, solía decir que eran mensaje de Dios para toda la comunidad, 

no sólo para los nuevos. De hecho cuando estaba en la cárcel de Coblenza la noticia de un curso “Sponsa” lo motivó a escribir esa hermosa obra “Nueva Creatura en Cristo y María” que termina en la proximidad del 20-1-42. Sería bueno que también nosotros nos dejemos hablar por esta “Tierra Nueva, Cielo Nuevo”.

El ideal surgido de la imagen Apocalíptica nos revela la Novedad del Dios de la Vida que constantemente hace nuevas toda las cosas para nuestro bien, que especialmente renueva nuestros vínculos, nuestra forma de ser Familia, a veces de maneras insospechadas como una inundación, pero que nos hace sentir más hermanos y más hijos de un Padre que se entregó por nosotros y nos dejó esta tarea: hacer la Tierra Nueva semejante al Cielo y hacer el Cielo Nuevo en Comunión con la Tierra. Curiosamente de este misterio nos habla la Festividad de hoy: la Ascensión del Señor. Un Ser terrenal entra y permanece para siempre en el Cielo. Pero la tarea aún es mucha, no hay que quedarse mirando el cielo, como dice la liturgia de hoy sino construirlo desde nuestro terruño. 

 

“ Conoces aquella, tierra, imagen fiel del cielo, 

ese reino de libertad

tan ardientemente anhelado:

donde la inclinación a lo bajo

es vencida por la magnanimidad y la nobleza;

donde los menores deseos de Dios comprometen

y reciben alegres decisiones por respuesta, 

donde, según la ley fundamental de amor,

la generosidad siempre se impone victoriosa?

Yo conozco esa maravillosa tierra:
es la pradera asoleada

con los resplandores del Tabor,

donde reina nuestra Señora tres veces Admirable

en la porción de sus hijos escogidos,

donde retribuye fielmente los dones de amor

manifestando su gloria y regalando una fecundidad ilimitada

¡Es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt!


Unidos en el corazón del Padre. Con inmensa alegría y gratitud por todo lo vivido junto a nuestros hermanos del 26.

Graciela y Víctor.




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