Feliz y Santo Jubileo

Santuario de las Nuevas Playas, 20 de Octubre de 2014

 

 

Querida Familia: 

Hemos vivido un tiempo de gracias que culminó el 18 de oct. con la renovación de nuestra Alianza de Amor unidos a toda la Familia internacional congregada espiritualmente en torno al Santuario Original.

Las palabras no alcanzan para expresar todo lo que hemos vivido, la gratitud que sentimos: Gratitud a la Santísima Trinidad, a la MTA, a nuestro querido Padre y Fundador…

El centenario de la Alianza de Amor que celebramos en el mundo entero y nos reunió a nosotros en nuestro Santuario de las Nuevas Playas, ha sido, sin duda, una nueva irrupción de lo divino en nuestra historia.

Quiero agradecer a toda la Familia por lo que cada uno aportó para que fuera posible tamaña celebración, para que el Santuario y su amplio entorno estuvieran bellos y listos para recibir a tantos peregrinos que, ya desde muy temprano llegaron con corazones abiertos y agradecidos. 

Dios, nuestro Padre, sabe lo que cada miembro de la Familia regaló antes y durante la fiesta, en tiempo, dedicación, entrega, generosidad y sobre todo cuánto amor.

En su nombre se lo agradezco de todo corazón y deposito esta gratitud en el Santuario, desde donde les estoy escribiendo. 

Gracias a nuestros bienhechores y voluntarios, especialmente a la empresa Monacchi por el corte de pasto (y al del tractorcito) y a la empresa de Fernando V. por pintar el Santuario. ¡Qué hermoso lucía todo! 

Y permítanme sólo una mención especial, por lo excepcional: ¡Gracias, Eduardo, por conectarnos con el Santuario Original. ¿Alguien se había imaginado que el SUM estaría lleno de gente, muchos de pie, en cada lugar aprovechable, siguiendo durante horas por pantalla la celebración en Alemania? Reinaba un clima totalmente acorde a lo que se veía y vivía: silencio, recogimiento, aplausos, emoción. Nos sentimos transportados al lugar santo, donde todo comenzó, hace 100 años. Qué emoción cuando llevaron nuevamente la imagen del la Mater al Santuario y se colocó el símbolo del Padre que nos había visitado en su peregrinar por el mundo y, sobre todo, cuando en una diversidad de idiomas renovamos juntos nuestra Alianza de Amor. 

Hubo años de preparación y, de repente, el centenario estaba a la puerta. Recordemos lo vivido en la catedral, el 4 de oct., el campamento – misión de los jóvenes los días 12 y 13 de oct, vivencias que sirvieron de preparación inmediata. El Santuario constituyó el centro desde donde la Mater nos enviaba cada día a la misión en el barrio. Fuimos muy bien recibidos, la gente ya nos conoce, quiere contar con nosotros… 

La vigilia del día de Alianza tan significativa, tan bien preparada, tan sentida, en la que, a la medianoche, al repique de la campana del Santuario, estampamos nuestras firmas debajo del Acta de Fundación asumiendo el compromiso de refundar Schoenstatt para los próximos 100 años en el espíritu original: La Generación 2014 asume nuevamente la misión que nuestro Padre propuso a los jóvenes congregantes, el 18/10/1914. También nuestros corazones están ardiendo y queremos refundar Schoenstatt para los próximos 100 años.” 

Antes de comenzar la vigilia y casi desapercibido – pero con la conciencia de que en el Santuario Original ya había despuntado el sol del 18 de oct. – nuestro querido Padre Walter selló su Alianza con la Mater. Fue su deseo, vivir todo lo que iba a seguir, ya como Aliado de la Mater.

Finalizando la vigilia, una chica de la JF selló su Alianza filial comprometiéndose más profundamente con la persona y misión de nuestro Padre. “Padre, ¡tu Alianza, mi misión!

Y, ya día, temprano por la mañana ¡se sellaron las primeras Alianzas del nuevo siglo de Schoenstatt!: fue de Madres de Mar del Plata y Mar de Ajó y, a continuación, un grupo numeroso de la Obra de Familias. ¡Y, cuántas Alianzas se habrán renovado en este día! Veo a la Mater radiante de alegría por la fidelidad y entrega de sus hijos.

Cuántas cosas profundas pudimos vivir: El rosario meditado y, luego, la suelta de globos. Hermosos se veían contra el cielo celeste.

La culminación fueron la peregrinación y la Misa solemne, presidida por nuestro Obispo diocesano y tantos sacerdotes en el altar, entre ellos las vocaciones que la Mater desde el altar del nuestro Santuario llamó; las ofrendas que representaban a todos y a cada uno; nuestras conquistas espirituales, los proyectos e instituciones sociales, las misiones, la gran riqueza de nuestros apostolados… 

Y finalmente, el festejo: la torta, los 600 canapés, cada uno con un pequeñito Santuario, que no alcanzaron – ¡gracias a Dios! Él siempre nos supera.

Luego el clima festivo entorno a la Casa del Peregrino, que desde temprano había abierto sus puertas para recibir a los centenares de Peregrinos que llegaron desde las ciudades de la costa y de otros lugares de nuestra vasta diócesis. Los empleados, “Patris” y muchos voluntarios – todos trabajando como una gran Familia.

Nos divertimos un buen rato con la kermese y uno se olvidaba del cansancio de la larga jornada. 

Nuestro Padre nunca hacía nada sin su Familia, pues él estaba convencido de que así estaba previsto en los planes de Dios. El espíritu de Familia que vivimos este 18. de oct., hizo que esta fiesta fuera tan cálida y alegre tan bendecida, una experiencia de unidad en el corazón del Padre. 

Gratitud y alegría son los acordes finales y nos acompañarán durante mucho tiempo. Hoy ya estamos nuevamente en la vida diaria para construir la Cultura de la Alianza a la que nos comprometimos.

“Cada uno de nosotros ha de alcanzar el mayor grado posible de perfección y santidad, según su estado. No simplemente lo grande, ni algo más grande, sino precisamente lo más excelso ha de ser el objeto de nuestros esfuerzos intensificados.” Estos serán nuestros aportes al Capital de Gracias para que la Mater siga obrando milagros de gracias desde el Santuario en los próximos 100 años. 

Su Hna. Marie-Madeleine
 

P. D. Cuando el 18 llegué a mi casa y chequé algunos mails, para mi sorpresa y alegría, encontré un mail de Monseñor Puiggari que comparto a continuación: 

Querida Hermana: feliz y Santo Jubileo, me uno a su acción de gracias y a la de toda la querida familia del P. Kentenich en Mar del Plata. Le pido al Señor que los colme abundantemente de bendiciones para que puedan renovar y profundizar el carisma Schoenstatiano para el servicio de la Iglesia.

Con todo mi recuerdo agradecido de tantas gracias del Santuario de las Nuevas Playas.

Con gran afecto

+ Mons. Juan Alberto Puiggari

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